Que en Gijón llueva es algo normal, y aunque los días anteriores a la celebración de la feria hizo un sol esplendido, viendo los avances meteorológicos, sabíamos que una vez más la lluvia haría su aparición por la ciudad.
Los de Gijón no nos asustamos por la lluvia. Estamos acostumbrados al paraguas, a las botas y al chubasquero. No nos da ningún miedo salir a la calle en estas circunstancias, pero los organizadores de la feria bien podían haberse "mojado" un poco más y haber hecho una feria en condiciones. Y no lo digo por los libreros, y sí por las autoridades competentes de estos actos.
Las pocas casetas tapadas por plásticos comprados por los libreros para que no se mojaran los libros, dieron una imagen muy cutre, todo hay que decirlo, de la ciudad. Las autoridades competentes ponen una carpa para otras ferias, o buscan lugares cerrados donde la gente puede ver el material sin tener que estar pendiente de no calarse hasta los huesos,o de luchar con el paraguas contra viento y lluvia.
Aún así, mis ventas fueron buenas. Sinceramente, no pensé que vendería tanto, porque mis libros no son novedad, el tiempo no acompañó y había momentos en que apenas pasaba gente..pero me fue muy bien. A pesar de la lluvia, de los plásticos, de los momentos desiertos, vendí todos los libros de
Secretos de Arena y
Un punto y aparte. (Os recuerdo que aún tengo ejemplares que la Editorial nos cedió cuando cerró y yo los he puesto a la venta en librerías de mi ciudad).
Ayudó mucho el hecho de que fui todos los días a firmar ejemplares, sin duda. A la gente le gustó eso de llevarse un libro firmado por la autora.
También tengo que decir que las novelas
"románticas", brillaron por su ausencia, a excepción de las mías, pude ver tres o cuatro más, antiguas, y de extranjeras.
Me resulta patético el
rechazo que aún tienen muchos libreros con las novelas de
sentimientos y de amor, cuando está demostrado que se venden y mucho. Es un tema del que no voy a hablar más porque ya lo hemos hecho muchas veces pero el ejemplo está en que tengo mis libros en dos librerías de Gijón, y una de ellas no se molestó ni en llevar ni un ejemplar...
Hablar de amor y sentimientos, señor@s, no hace daño, todo lo contrario.
Pero no quiero alargarme más con esto..
La conclusión de la feria es que la gente que lee, que disfruta de los libros, con paraguas o chubasquero
o como sea se pasaron a ver los libros que se vendían en las diversas casetas.
Así que espero que las autoridades competentes se tomen más en serio el año que viene esta feria, y se "mojen" un poco para la organización.
Todos los libreros, los autores, los amantes de la lectura necesitamos una feria del libro en condiciones.
Y aún así,.. no puedo quejarme... pero hay que decir las cosas como realmente son.
Tengo que decir que conocí a gente estupenda y disfruté mucho de esos tés con limón que me tomé en momentos de descanso en el "Dindurra", el emblemático café de Gijón, donde se forjaron muchos escritores con sus tertulias literarias años atrás.
No perdamos el espíritu de la cultura literaria, ni del maravilloso placer de la lectura.
Helena
