La historia de Vicky
es, en algunos aspectos, muy diferente a lo que Helena Nieto escribe
habitualmente. Digo esto porque de mano es su primera novela juvenil y además
está escrita en primera persona; será la propia Vicky, adolescente de 18 años
recién cumplidos, la que nos narre sus vivencias. Por otro lado no deja de ser
una novela en la que tanto acontecimientos como personajes, son muy normales,
reales y cotidianos, característica común con el resto de novelas de la autora.
Como ya he mencionado,
será la protagonista la que se encargue de hablarnos de su vida, de su día a
día. Las inevitables peleas con sus hermanos (más pequeños que ella, por lo
tanto, a sus ojos: insoportables), las constantes discusiones con su madre, sus
idas y venidas con sus amigas y sus amoríos.
Nos confesará sus
inquietudes y sus sentimientos, dejándonos ver cómo, poco a poco y casi sin ser
ella consciente, va dejando de ser una niña, aceptando los cambios que ha
sufrido su vida, tomando decisiones más maduras, intentando ver las cosas de
otra manera y tratando de subsanar los errores que ha ido cometiendo.
Creo que Helena ha
sabido plasmar de forma acertada el carácter propio de la adolescencia. Esa etapa,
tan complicada, en la que todos los problemas se magnifican y lo nuestro parece
ser lo único importante en el mundo. Ese momento en el que te sientes tan mayor
(sin serlo jeje) que crees saberlo todo y la opinión de los adultos te sobra,
porque no tienen ni idea de lo que sientes y ni te entienden ni se ponen en tu
lugar. Cuando pasar la tarde con tu novio o tus amigas es más importante que la
familia o los estudios…
Amena, entretenida y
escrita con sencillez, como lo hubiera hecho una chica de 18 años. No se
entretiene en descripciones, solo en aquellos detalles que resultan importantes
para la protagonista, como puede ser: la ropa que visten sus amigas para salir
de fiesta. Sí que se detiene más en las reflexiones, en contarnos que le
suponen, emocionalmente, las cosas que le suceden y los cambios que tiene que
afrontar tras la separación de sus padres y el intento de ambos de rehacer sus
vidas con otras personas.
Con esta historia,
Helena, nos ha ofrecido la oportunidad, además, de conocer la historia de Paula
(madre de Vicky y protagonista de “Un punto y aparte”), desde otro punto de
vista: el de su hija, muy diferente al que tuvimos al leer esta que fuera la
primera novela de la autora, y en la que nos habíamos encontrado con una madre
que intenta salir adelante tras ser abandonada por su marido, teniendo que
bregar con unos hijos que no aceptan la separación y a los que en muchas
ocasiones no logra comprender. Ahora, hemos tenido la oportunidad de completar
la historia, de conocer las dos caras de la moneda y averiguar de primera mano,
el porqué de los enfados y discusiones.
Sí
que me hubiera
gustado que se desarrollara un poquito más la historia entre Vicky y
Álvaro,
por la importancia que esta relación tiene para ella y los cambios que
experimenta
tras conocerlo. De todas formas, como ya he dicho, Helena ha sabido
reflejar las prioridades de los adolescentes en esta entretenida novela.
Añadir que la portada me parece muy bonita y la novela ha quedado genial con ese toque de color que aportan, al inicio de cada capítulo, los tréboles y las mariquitas.
Helena
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